Estoy en una encrucijada, tengo que tomar una decisión YA, tengo dos opciones, hay una parte de mi que me dice todo lo positivo de tomar un camino. Sin embargo, otra parte de mi, me recuerda todo lo negativo que puede pasar si tomo ese mismo camino. ¿Qué hago?
Esta es una situación real de mi vida. Algo que estuve pasando estos días atrás. Me encontraba a punto de tomar una decisión muy importante. En realidad de palabra ya estaba tomada, sólo me faltaba ejecutar una acción para concretarla.
Tenía dos días para ejecutar dicha acción y en ese período de tiempo llegó una ola emocional a mi cuerpo como nunca antes me había sucedido. De repente, sentía miedo o hasta incluso pánico, por la decisión que iba a tomar.
Sabía que ejecutarla iba a traer consigo muchos cambios, los cuáles la gran mayoría eran positivos, muy positivos. Sin embargo, había uno sólo, lo suficientemente importante, que se lo podía considerar negativo.
Mientras me autoanalizaba, me surgían preguntas como:
¿Cómo puedo verificar que estoy tomando la decisión correcta?
¿Cómo saber si las justificaciones que estoy dando para ejecutar dicha decisión no son el mismo sistema de autosaboteo, o las justificaciones que pone la mente racional para tomar decisiones emocionales?
¿Cómo puedo verificar que esta decisión me va a hacer crecer y no dar 5 pasos hacia atrás?
Éstas y algunas preguntas más, me daban vueltas sin parar por la cabeza.
Cuando se llega a cierto nivel de consciencia, se entiende que incluso uno mismo puede "venderse" justificaciones para tomar una decisión que no es la correcta, que puede estar influenciada por un patrón o una creencia limitante. Por lo que es de vital importancia ser muy honesto con uno mismo y autoevaluarse exhaustivamente.
En cierto punto, llegué a la conclusión que por mis propios medios no iba a obtener demasiada claridad. Uno de mis primeros mentores me dijo: "si seguís escuchándote a vos mismo vas a seguir como vos mismo". Por lo que necesitaba ponerla a prueba con otras personas. Sin embargo, y acá hay algo importante que quiero que recuerdes, no podía pedirles consejos o el punto de vista a cualquier persona.
Recordá que cada persona ve el mundo bajo su propio sistema de creencias, por lo que es muy difícil dar una retroalimentación sin teñir con las propias limitaciones o paradigmas de la persona.
Es por eso, que a la hora de pedir un consejo, un asesoramiento o tomar una decisión importante, hay que considerar muy bien con quien lo vamos a hablar.
En mi caso, a lo largo de mi carrera como emprendedor y coach he desarrollado una red de personas en las cuales confío y por su nivel de desarrollo personal, su nivel de consciencia, su profesionalidad y aprecio hacia mi, se que van a contribuir a que tome la mejor decisión, independientemente de si es cómodo o no para mi hacerlo.
(Por que en la mayoría de las veces, el camino que ofrece resistencia, es el correcto, es el que te hace crecer.)
Al tener personas con las cuales podía debatir la decisión que estaba a punto de efectuar, lo hice, y me llevé un gran aprendizaje...
Primero, corroboré que cada persona tiene un punto de vista diferente, sin embargo, todos los puntos de vista tenían muy buenos fundamentos a nivel emocional, espiritual y financiero, por lo que cada uno de ellos fue súper enriquecedor para poder ver el mapa completo y no quedar cegado en la nube de pensamientos propia.
También, el hecho de debatirlo con otras personas me brindó más certeza sobre la decisión que estaba tomando. Ésto llevó inevitablemente a que la efectuara, y de esta forma, eliminar todo tipo de dudas para encarar este nuevo camino con determinación.
¿Qué quiero que te lleves de este artículo? Varias cosas, y acá te voy a dejar una lista de los aprendizajes que reforcé al pasar por esta situación:
- Es muy importante ser consciente de las emociones que nos surgen, ser conscientes de nuestro cuerpo y de nuestros pensamientos.
- Es de vital importancia, tener la capacidad de poder poner a prueba o dar lugar a la duda incluso a nuestros propios pensamientos. (Recordá que éstos surgen de un sistema de creencias que puede que sea obsoleto y para nada alineado a tus objetivos.)
- Es necesario contar con una red de contención. No se necesitan muchas, pero sí un par de personas lo suficientemente desarrolladas personal y espiritualmente, para que te guíen en la mejor decisión para tu crecimiento.
- Hay que saber discernir entre a qué personas podés pedirles consejos y cuáles sólo te pueden traer más confusión involucrando sus propios miedos y limitaciones.
- Finalmente, el que paga las consecuencias de la decisión es uno mismo, así que hay que ser consciente de cuál es el peor escenario posible y estar dispuesto a pagar el precio en caso de que ocurra.
- Una vez que se tiene claridad sobre la decisión, ésta produce energía y determinación. Grabar, anotar o fijar los motivos que te impulsaron a tomar dicha decisión puede ser muy útil para un posible futuro en donde vuelvan a surgir las dudas.
De esta forma, más allá de la decisión y cómo salga todo, habrás ganado mayor nivel de consciencia. Por lo que si todo sale bien estarás feliz de la decisión que tomaste. Y en caso de que salga mal, sabrás que era una posibilidad, la cual ya habías evaluado y decidido pagar el precio en caso de suceder. Por lo que te hará más fuerte y sabio para futuras decisiones.
Espero que esta reflexión personal te haya aportado valor.
Como siempre, podés dejar tu comentario, compartirlo en redes y escribirme por privado para cualquier cosa que necesites.
Nos vemos pronto.
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Fernando Repetti
Business Hacking Coach
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